¡Feliz tiempo de Navidad!

Niño mío, de puro frío,
yo te veo aquí temblar.
Dios Humanado,
y cuánto te costó haberme amado.

Tiempo de Navidad, tiempo de oración.
Recemos con este villancico de San Alfonso:

DESCIENDES DE LA ALTURA
Desciendes de la altura, oh Rey del cielo,
y en una gruta naces del triste suelo.
Niño mío, de puro frío,
yo te veo aquí temblar.
Dios Humanado,
y cuánto te costó haberme amado.
Tú que formaste al mundo con voz
creadora,
Ni abrigo ni sustento tienes ahora.
Luz divina, me fascina
y enamora tu bondad,
de amor henchido,
nacer quisiste pobre y desvalido.
Tú que en el cielo habitas de gloria lleno,
¿cómo a sufrir bajaste sobre vil heno?
No es un sueño, dulce dueño
es misterio de tu Amor
En él confío pues sufriste nomás por amor mío.